domingo, 16 de diciembre de 2012

Nueva incorporación: Pedales Lyotard

Hola!

Otras de las incorporaciones a este proyecto han sido los pedales Lyotard modelo 460A. Fue una pena deshacerme de los que venían con la bici, sobre todo porque creo que eran de fabricación española, pero estaban en un estado prácticamente irrecuperable por los golpes recibidos.

Empecé la búsqueda sin un modelo claro, tan solo que fueran de la década de los 70. Deseché algunos Campagnolo porque se iban de presupuesto y, aunque los de tipo quill me gustaban, acabé decantándome por buscar unos de plataforma enteramente cuadrada. Y dí con la marca Lyotard que hizo auténticas preciosidades entre los años 30 y 70 del siglo pasado. Al final adquirí estos que se ven en las imágenes, con cintas Lapizerastrales Christophe, otros clasicos de la época.










No he encontrado muchas referencias de estos pedales, tan solo este catálogo de 1975 en el que aparecen en la parte inferior.


Inicialmente no me planteé hacerles nada pero como al girar los rodamientos noté que no iban "finos" y me puse a desmontarlos. Y dentro, lo que me esperaba: sequedad y óxido. Aquí puede verse todo el conjunto desmontado.


A los ejes me toco meterle el cepillo de púas del taladro porque el óxido no salía ni con el nanas. Y como es un eje de acero se le puede meter el cepillo sin problemas. El primer eje de la siguiente imagen después de pasar por el cepillo; el segundo iba a continuación.


La parte exterior del cuerpo de los pedales tenían un poco de óxido así que decidí utilizar un truquillo que leí en cicloclásica: frotar con lana de acero, agua caliente y lavavajillas. 


La verdad es que funciona pero es un "trabajo de chinos" por el tiempo que lleva y lo complicado que es limpiar los recovecos de un pedal. Con el primer pedal me tiré hora y cuarto y con el segundo incluso más pero han quedado casi como nuevos. Luego sólo hubo que volver a engrasar los rodamientos y montar de nuevo. Ahí hay que dejarlos en ese puntito, a veces difícil de conseguir, entre la "no holgura" y el rodar suave.

Y ojo con la lana de acero, suelta unos micro-alambres que se te clavan en las manos. No lo notas, pero incluso al día siguiente tuve que quitarme alguno de ellos que me estaba torturando. Por no hablar de las uñas, negras durante mucho tiempo por el polvillo del metal.

Saludos

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